30.8.02

Una pequeña historia

Érase una vez una partícula atómica, a la que llamaremos Teresa. Nació a la orilla de un río, en el fondo de un átomo de nitrógeno. Al nacer, su madre y sus tías consultaron la luz de los electrones que brillaban, majestuosos en el cielo atómico. Los oráculos dijeron: vivirá una larga vida: una diezmillonésima parte de la milésima parte de un segundo. Teresa creció en el hogar materno, fue a la escuela, tuvo su pubertad sin tropiezos, ingresó a la universidad y recibió su doctorado en astronomía "Cum Laude".

Durante todo el resto de su larga vida se dedicó al estudio del Universo. Murió muy anciana, respetada y admirada por sus congéneres. Dejó escrita una obra maravillosa titulada "El Enigma del Universo". Alcanzó a vivir, como los oráculos habían profetizado, la impresionante edad de una diezmillonésima parte de la milésima parte de un segundo. Su obra se recita hoy en todas las escuelas de ese afortunado átomo de nitrógeno, y resume toda la sabiduría de las partículas atómicas de esa especie, la especie soberana, reina de la Naturaleza y única en los confines de la creación que es capaz de razonar y discurrir.

He aquí la esencia de tal sabiduría: "El Universo consta de un núcleo poblado de partículas muy movedizas, de diferentes especies, pero solamente nosotras hemos sido creadas por Dios a su imagen y semejanza. Alrededor del núcleo hay unos cuerpos (los llamaremos electrones) que, o están perpetuamente inmóviles o se mueven con tal lentitud que jamás nos alcanzará la vida de tres generaciones de partículas para registrar su movimiento. Más allá de eso solamente existe la Nada infinita, la oscuridad total, la Inexistencia Absoluta. Demos gracias a la Suprema Partícula que nos creó para que diéramos testimonio de su infinito poder y sabiduría, dándonos una larga vida para que pudiéramos descubrir los secretos maravillosos de su inconmensurable Universo".

Y los Doctores de la Ley dicen: "Pasarán dos, tres, cinco diezmillonésimas de segundo, pero no se extinguirá la gloria y la memoria de Teresa, cumbre de sabiduría y fundadora de la conciencia y el orgullo de nuestra especie".